En el consejo de gobierno extraordinario del ejecutivo extremeño dirigido por el Sr. Fernández Vara, se acordó poner en marcha la “segunda transformación” de Extremadura a través de un ambicioso Plan de infraestructuras que cambiará a nuestra región, una genérica y extensa declaración de buenas intenciones, continuación, suponemos, de la autoproclamada “primera transformación” de Extremadura llevada a cabo por el Sr. Ibarra. Sin embargo, si esta “primera transformación” nos ha dejado situados, según muestran la mayoría de los indicadores económicos y sociales, en el vagón de cola tanto de España como de Europa, no podremos entusiasmarnos con lo que nos ofrecen como la segunda parte.
Apela el ejecutivo extremeño para llevar a cabo tal empresa a la solidaridad estatal y europea, de la que dependen el 50% de las inversiones, solidaridad que, hasta el momento, nadie ha garantizado. Resulta llamativo, sin embargo, que una región que llama continuamente al compromiso solidario del Estado y de las demás regiones para con el desarrollo de nuestra tierra sea, a su vez, tan poco solidaria de puertas a dentro.
Porque existen dentro de Extremadura grandes desequilibrios entre las distintas comarcas que la conforman. Así, mientras unas comarcas donde se acumula la población (y los votos), se acumulan las inversiones, se mejoran las infraestructuras y se proyectan obras faraónicas como el tren de alta velocidad y el aeropuerto, otras comarcas periféricas entre las que está la nuestra, la Campiña Sur, se ven desplazadas del desarrollo y deben conformarse con migajas.
Se habla de desarrollo económico pero se olvida que la Campiña Sur demanda el desarrollo rural como instrumento esencial del desarrollo.
Se habla de grandes infraestructuras que nos comuniquen con el exterior pero se olvida que la Campiña Sur lo que demanda es una red que de consistencia al territorio a través de carreteras locales, de trenes regionales, etc.
Se habla de sostenibilidad ambiental pero la Campiña Sur necesita hablar de soluciones a la refinería y al cementerio nuclear.
Se habla de nuevas tecnologías cuando en la Campiña Sur hay una cobertura deficiente (o simplemente no la hay) de telefonía móvil, ADSL, televisión digital terrestre, etc.
La nuestra es una comunidad autónoma extensa y escasamente poblada, con una pirámide poblacional casi invertida y una gran ruralidad, premisas estas indispensables para acometer una construcción armónica y equilibrada de Extremadura, y solidaria con el pueblo extremeño.
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